Frecuentemente relacionamos finanzas con situaciones complejas que solo especialistas pueden conocer y tratar, pero no es así. Es necesario preocuparnos por nuestra educación financiera y de ser posible de las personas que nos rodean.
La educación financiera es uno de los motores del desarrollo económico y social, ya que tomar decisiones financieras acertadas mejora nuestro nivel de vida.
Sabemos que la falta de educación financiera lleva a las familias a abusar del crédito y a endeudarse por encima de su capacidad de pago. Por esto, la educación financiera es imprescindible, ya que genera beneficios para todos en todas las etapas de la vida.La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico define la educación financiera como: "el proceso por el cual los consumidores, financieros e inversionistas mejoran su entendimiento de productos financieros, conceptos y riesgos, y a través de la información, instrucción y consejos objetivos, desarrollan las habilidades y confianza para tomar decisiones informadas, para conocer dónde acudir para obtener ayuda, y para tomar otras acciones efectivas para mejorar su bienestar financiero".
En nuestro país, la Comisión Nacional para la protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), afirma que en nuestro país el uso de servicios financieros se ha duplicado en los últimos años y en la actualidad, más de la mitad de la población hace uso de ellos. Sin embargo, según este organismo, el rezago en materia de educación financiera es evidente, ya que por falta de información las personas desconocen las ventajas que pueden obtener al usarlos. Por este motivo, en México y en diversos países alrededor del mundo, en los últimos años, se han hecho esfuerzos por promoverla y precisar los objetivos de un programa en la materia. El objetivo es desarrollar una cultura del uso eficiente de instrumentos financieros, del dinero, del crédito, del ahorro y de la inversión.